EL LENGUAJE LITERARIO

El tema del lenguaje literario fue uno de los primeros problemas que abordó la teoría de la literatura. Los formalistas rusos empezaron a distinguir  el lenguaje de la literatura de los otros lenguajes: el coloquial y el científico; buscaron crear una ciencia literaria autónoma basados en las cualidades intrínsecas de los textos literarios, según lo explica Eichembaum; tomaron como objeto de estudio una materia concreta con sus particularidades específicas: la literatura; y se alejaron de los problemas generales para concentrarse en los problemas concretos que planteaba el análisis de la obra literaria. En ese momento, los estudios literarios ignoraban los problemas teóricos y utilizaban sin

mucha convicción los axiomas caducos tomados de la estética, la sicología y la historia; esto llevó a que se perdiera de tal forma el sentido de su objeto de estudio hasta el punto que se llegó a poner en peligro la posibilidad de que éste existiera. Su consigna fue liberar la palabra poética de la tendencias filosóficas y religiosas que cada vez tomaban más fuerza entre los simbolistas; tomar una actitud científica y objetiva, que estuviera

ligada a los hechos literarios, y oponerla a los principios estéticos subjetivos que inspiraban a los simbolistas en sus análisis.

 

Sklovski cuestionó el enunciado "el arte es el pensamiento por medio de Imágenes", el cual había penetrado en creadores como Potebnia, para quien no podía haber arte ni poesía sin imagen, y quien igualaba la poesía con la prosa al decir que aquella era primordialmente "una cierta  manera de pensar y conocer", pensamiento por medio de imágenes; esto permitía una economía de fuerzas mentales, una "sensación de ligereza

relativa", en la que el sentimiento estético se reduce a un reflejo de esta economía. Potebnia y sus seguidores pensaron que las imágenes tienen la función de permitir agrupar los objetos y las acciones heterogéneas, y de explicar lo desconocido por medio de lo conocido. Destacaban la simpleza de la imagen y simplificaban su relación con lo que ella explica afirmando que la "imagen es un predicado constante para sujetos variables, un punto constante de referencias para percepciones cambiantes". Este planteamiento permitió que se intentaran comprender las demás artes como un pensamiento por imágenes. De toda esta confusión surgió una idea que ha sobrevivido; "el arte es ante todo creador de símbolos"; las imágenes están dadas, lo nuevo es el procedimiento para disponer y elaborar el material verbal y no su creación; por consiguiente, el cambio de imágenes no determina la esencia de la poesía. Además, Potebnia y los simbolistas no percibieron la diferencia entre la lengua de la poesía

y la lengua de la prosa, por lo cual confundieron la imagen como medio práctico de pensar, de agrupar objetos, y la imagen poética como medio para reforzar la impresión.

 

El carácter estético de un objeto verbal resulta de nuestra manera de percibir. Por esto, Skiovski afirma que se consideran estéticos, en el sentido estricto de la palabra, aquellos objetos creados mediante procedimientos particulares que tienen como finalidad asegurarles una percepción estética. Algunos de éstos, empleados por la lengua poética,

también intervienen para crear una máxima impresión: el paralelismo, la comparación, la repetición, la simetría. Entre la imagen poética y la imagen pensamiento apenas existe un parecido; la imagen poética es uno de los medios de la lengua poética. En cambio, la imagen de la prosa es un medio de la abstracción. Dado, entonces, que entre el lenguaje cotidiano el dela prosa y el poético hay diferencias, no se puede tratar la lengua

poética por analogía con las leyes de la lengua cotidiana. Cuando las acciones llegan a ser habituales se vuelven automáticas; esto sucede, por ejemplo, en el discurso prosaico, lleno de frases inacabadas, de palabras

pronunciadas a medias. En este proceso de automatización se obtiene el grado máximo de economía de las fuerzas perceptivas; los objetos están dados por uno solo de sus rasgos, por un número, un símbolo.

 

El arte permite dar la sensación de vida a los objetos, y busca que se perciban como visión y no como reconocimiento. Para esto se vale de ciertos procedimientos, como la singularización de tales objetos, el oscurecimiento de la forma, el aumento de la dificultad de percepción y el de la duración de la percepción.

 

Al analizar el recurso de la singularización, Sklovski trae el ejemplo de Tolstoi, quien no llama el objeto por su nombre sino que lo describe como si lo acabara de descubrir; no emplea los nombres dados a sus partes sino otras palabras tomadas de partes correspondientes a otros objetos. Anota que, con frecuencia, donde hay imagen hay singularización. De esta manera, la diferencia de éste con Potebnia se puede plantear así: la imagen no es predicado constante de sujetos variables; ésta no busca acercar a nuestra comprensión la significación que ella contiene, sino crear una percepción particular del objeto, "crear su visión y no su reconocimiento".

 

El carácter estético de la lengua poética está dado siempre por los mismos signos, y creado en forma consciente para liberar la percepción del automatismo. El creador busca crear artificialmente la visión del objeto para que la percepción se detenga en ella, y para que su fuerza y duración alcancen un máximo grado de intensidad. Para ello emplea una lengua difícil, oscura, llena de obstáculos, pues el discurso poético es elaborado; en cambio, el de la prosa es ordinario, económico, fácil, correcto.

 

Román Jakobson fundamentó más coherentemente el problema del lenguaje literario, basándose en los conceptos de la lingüística, en su artículo "Lingüística y poética", en el que propuso la lingüística como la ciencia general de la estructura verbal; esto significó que incluía la poética, en tanto que ésta se interesaba por los problemas de la estructura verbal. No obstante, encontró que muchos rasgos poéticos no pertenecían a la lingüística sino a la teoría general de los signos, es decir, a la semiótica.

 

La pregunta fundamental de la que partió Jakobson fue: "¿qué hace que un mensaje verbal sea una obra de arte?" En otras palabras, se preguntaba por los criterios y características que permitían distinguir un texto literario de los que no lo son. De aquí se desprendieron serios problemas aun no resueltos, referentes a la esencialidad del lenguaje literario, a las relaciones de éste con los demás lenguajes, a la posibilidad

de un estudio científico del lenguaje literario y a la búsqueda del objeto de dicha ciencia. Jakobson continuó avanzando por el camino ya iniciado por los formalistas rusos, de los cuales también él había formado parte, especialmente en el Círculo Lingüístico de Praga.

 

  LENGUAJE COMÚN

  Subsistema de lenguaje dentro de un lenguaje natural usado por el conjunto de una comunidad para la comunicación cotidiana.